Cuando se traduce algo a varios idiomas es conveniente revisar la calidad de las mismas. Sea un cartel con instrucciones en un hotel o sea un software. Si no, puede pasar algo como lo que le ha pasado estos días a Canonical, que ha tenido que retirar la descarga de Ubuntu 23.10 temporalmente en lo que elimina algunas traducciones con discurso de odio que se colaron en el último momento.
La semana pasada se publicaba Ubuntu 23.10, la última versión de esta distribución GNU/Linux. El funcionamiento de una de las versiones ISO de Ubuntu Desktop provoca que durante el instalador se descarguen algunos archivos de soporte como traducciones. En el último momento, algunos usuarios malintencionados han colado frases que expresan discurso de odio en algunas de las traducciones al ucraniano de algunos componentes del sistema.
Las traducciones de los componentes al sistema se hacen mediante una aplicación externa en la que los propios contribuyentes pueden aportar traducciones del mismo modo que la filosofía del software libre facilita la participación de la comunidad. Lo normal es que los contribuyentes aporten traducciones correctas, pero en este caso alguien quiso aprovechar las circunstancias para colar traducciones que atacan de forma directa cualquier código de conducta.
En principio, solo el nuevo instalador de Ubuntu Desktop está afectado. De acuerdo con el post, este hecho no ocurre al actualizar de una versión anterior de Ubuntu ni en el instalador Legacy, cuyo enlace de descarga sigue habilitado.